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El abuso adolescente de alcohol está generando cierta inquietud social que buena parte de los medios se apresuran a magnificar. No es un comportamiento novedoso. Hace ya décadas que instituciones y organizaciones sociales diversas venimos llamando la atención, sin demasiado éxito, sobre esta realidad.
Con la convicción de que estamos ante un fenómeno sobre el que conviene intervenir con solidez desde un punto de vista de salud pública y de derechos, en 2012 Fundación EDEX y el Ayuntamiento de Portugalete (País Vasco) promovimos un Encuentro entre profesionales de diversos ámbitos para debatir acerca de las políticas desarrolladas hasta entonces y explorar posibilidades futuras de mayor solvencia.
Los vídeos de las 10 ponencias que sirvieron de disparador al debate han estado alojados desde entonces en el repositorio edextv, donde han recibido decenas de miles de visitas. Dada la plena actualidad del tema y la vigencia de los contenidos, hemos decidido crear este sitio web a través del cual pretendemos difundir nuestra visión y propuestas.
El mundo de las drogas está sometido a un sinfín de vaivenes, interpretaciones, proyecciones, que hacen que no siempre sea fácil captar su verdadera magnitud. Ocurre con todas las sustancias conocidas y, como no podía ser de otra forma, también con el alcohol. Con frecuencia nos topamos en la prensa con noticias y reportajes que parecen sugerir que estamos ante un problema grave que requiere solución urgente.
En Fundación EDEX somos más proclives a sondear la realidad en sus diversas dimensiones y tratar de adoptar una actitud serena, tan crítica con la desidia que a menudo envuelve este fenómeno como con cualquier forma de desmesura. Y para ello, nada mejor que atender a los datos, más allá de los cuales todo es literatura (mala) y tremendismo.
¿Quiere esto decir que ya no hace falta ocuparse del asunto? Nada más lejos de nuestra intención. La evidencia acerca de que la disponibilidad percibida sea tan amplia, requiere intervenciones decididas orientadas a revertir tan insoportable situación incrementando el rechazo social hacia tales prácticas.
De otra parte, si bien los principales indicadores muestran una tendencia favorable, estamos hablando de consumos elevados que ya a los 14 años son altamente significativos. Todo ello recomienda apostar de una manera más decidida por la prevención, priorizando intervenciones y programas con capacidad para interesar a su población destinataria y mejorar su capacidad para tomar decisiones inteligentes.
La última Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España - ESTUDES presenta datos sobre las relaciones adolescentes con el alcohol que conviene considerar. Lo hace, además, con una perspectiva diacrónica que permite ir más allá del estudio puntual. Veamos los principales indicadores:
En definitiva, nos encontramos con una edad de inicio estabilizada, menores consumos (que siguen en tasas elevadas), considerables abusos con una leve tendencia descendente, y similar percepción de riesgo. La disponibilidad percibida se mantiene en porcentajes elevados. Sin embargo, aumenta también la disponibilidad percibida, que es prácticamente absoluta. Recordemos a estos efectos el estudio sobre venta de alcohol a menores publicado por la OCU en septiembre de 2017, que mostraba la facilidad con la que chicas y chicos podían comprar alcohol. Una situación que, afortunadamente, mejoraba con respecto al estudio realizado en 2009.
En EDEX trabajamos en favor de la educación y el desarrollo de la conciencia crítica, y nos desentendemos de la dramatización y el tremendismo. Nos interesa el trabajo lento, profundo, ambicioso, y desconfiamos de las modas, con su regusto efímero y su talante caprichoso. Nos gustan el compromiso ciudadano, la participación social y la salud comunitaria, y cuestionamos la delegación de responsabilidades. Nos motiva promover los derechos que a chicas y chicos asisten, y rechazamos anatematizar la adolescencia.
No creemos que una sociedad pueda reprochar a su población más joven que emule conductas consagradas por la población adulta como de obligado cumplimiento. En lo que sí creemos, a pies juntillas, es en una sociedad que se responsabiliza de educar a sus menores para que sean capaces de desenvolverse de manera equilibrada en un mundo cada vez más complejo. Creemos en una sociedad que actúa con rotundidad para evitar que la industria alcoholera favorezca directa o indirectamente el interés de chicas y chicos por las bebidas alcohólicas.
Nuestra principal apuesta durante décadas ha estado focalizada en la promoción del bienestar, la salud y la ciudadanía inclusiva, así como en la prevención de conductas de riesgo. Propuestas basadas en el modelo de educación en habilidades para la vida, que no pretenden atemorizar a la población con riesgos más o menos probables. Pretenden favorecer el desarrollo de competencias que permitan a la gente más joven tomar decisiones inteligentes (léase informadas), autónomas (basadas en la capacidad de autoafirmación ante las influencias sociales) y responsables (inspiradas en la empatía y el respeto).
Con estos criterios trabajamos desde finales de los años 80 en prevención, momento en el que ya teníamos una conciencia clara de que el alcohol iba a ser una constante en el mundo de las drogas. A continuación, un repaso somero de nuestro trabajo en este campo:
Con periódicas actualizaciones, las iniciativas creadas a lo largo de las últimas tres décadas se mantienen activas en la actualidad. Es nuestra aportación a la creación de una caja de herramientas de la prevención sustentada en el mencionado modelo de habilidades para la vida e inspirada en los principios antes señalados. Herramientas sobre las que merece la pena destacar lo siguiente:
Sospechamos que van a seguir siendo necesarias en los próximos tiempos, aunque nos gustaría que fuera en el clima que actuaciones de esta naturaleza aconsejan: sosiego (que no desidia), continuidad (frente al carácter esporádico de las modas), coherencia (esa publicidad de bebidas alcohólicas que desbarata el alcance de tantos programas preventivos, o el patrocinio por la industria de iniciativas de diversa naturaleza), inversión pública (que permita que los programas preventivos eficaces dispongan de la cobertura y sostenibilidad necesarias).
Esta sesión de trabajo dio lugar a un informe que pueden descargarse en esta página: Menores y Alcohol – Propuestas para continuar el debate.
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